Quién soy
sola de mí para violarme
con verdades ajenas
si aún las propias no han sido
deslindadas.
Quién se interna
en la palma de mis manos
luego de cercenarlas.
Quién me vacía
huye y no regresa
sin despojarme de la amarra.
Quién seduce
mi cólera
penitencia incendiada.
Me atrevo a liberar
en mis arterias
los ángeles salvajes
que fueron propiedad natal
del alba.
Enclaustrada
en una libertad que me condena
a su sed cavernaria
abruman las respuestas.
viernes, 23 de noviembre de 2012
jueves, 15 de noviembre de 2012
POEMA AGONIZANTE - ORIETTA LOZANO
Déjame agonizar en el centro de tu carne.
Delgada casi etérea aparezco
como en una sesión de espiritistas
para translucir mi pesadilla.
He terminado mi ronda, entre purpúreas vasijas
oxidando mi garganta, recogiendo el vuelo de los pájaros,
exhibiendo milímetro a milímetro mi cuerpo,
desplegando mis olores.
Mi tiempo no medido por relojes
corre húmedo, grasiento
a finalizar la curva peligrosa.
En el antiguo espejo de mi casa de arcilla
ya no veré mi rostro tatuado por el agua.
Delgada casi etérea aparezco
como en una sesión de espiritistas
para translucir mi pesadilla.
He terminado mi ronda, entre purpúreas vasijas
oxidando mi garganta, recogiendo el vuelo de los pájaros,
exhibiendo milímetro a milímetro mi cuerpo,
desplegando mis olores.
Mi tiempo no medido por relojes
corre húmedo, grasiento
a finalizar la curva peligrosa.
En el antiguo espejo de mi casa de arcilla
ya no veré mi rostro tatuado por el agua.
lunes, 12 de noviembre de 2012
ANONIMATO - HUMBERTO GARZA
Escribo diferente en esta parte
donde vislumbro cerquedad de un siglo
con ojos incendiados por el arte.
Los consejos infames se marcharon
como lobos de niebla por pinares,
regando espumarajo que envenena.
Imagen sin retorno y sin descanso,
hospédate en la hoja
de este papel blanco,
respira junto al hombre que recuerda,
apegado al decir y desdecir...
que en ocasiones tiene permanencia.
A la continua y grata exuberancia
el minuto sin fe va persiguiendo;
a ese temor, a ese fantasma;
ahora dejo
la palpitante fiebre de mi lengua,
la reflexión de lo que soy
y el bouquet de palabras que ahora tengo.
Sentado en el piso de este cuarto
donde nadie me busca ni me nombra,
visualizo veredas
con rumbo hacia el monte irremplazable
que encierra desde entonces tu presencia.
Para que yo te bese y acaricie
cuando estés sola;
recuerda la desgracia de mis manos,
y la frialdad enorme
de mi olvidada boca.
donde vislumbro cerquedad de un siglo
con ojos incendiados por el arte.
Los consejos infames se marcharon
como lobos de niebla por pinares,
regando espumarajo que envenena.
Imagen sin retorno y sin descanso,
hospédate en la hoja
de este papel blanco,
respira junto al hombre que recuerda,
apegado al decir y desdecir...
que en ocasiones tiene permanencia.
A la continua y grata exuberancia
el minuto sin fe va persiguiendo;
a ese temor, a ese fantasma;
ahora dejo
la palpitante fiebre de mi lengua,
la reflexión de lo que soy
y el bouquet de palabras que ahora tengo.
Sentado en el piso de este cuarto
donde nadie me busca ni me nombra,
visualizo veredas
con rumbo hacia el monte irremplazable
que encierra desde entonces tu presencia.
Para que yo te bese y acaricie
cuando estés sola;
recuerda la desgracia de mis manos,
y la frialdad enorme
de mi olvidada boca.
martes, 6 de noviembre de 2012
IMÁGENES DEL AMOR - CARMELINA SOTO
Yo te amo....
Yo te amo y lo digo así sencillamente
como si ya el recuerdo transitara tus años.
Como si ya mis ojos lloraran por tu ausencia
y como si tus besos ya supieran mis labios.
Yo te amo...
Yo te amo con crueles tiburones de sangre
entre cristales duros vigilando tu cuerpo.
Yo te amo en los arroyos calientes de mi vida
y en mis poemas trémulos.
Yo te amo...
Yo te amo con violetas espirales azules
en donde hay mariposas de amor en cautiverio.
En la frontera exacta que la caricia asume,
en el preciso límite donde el gemido es beso.
Yo te amo...
Yo te amo con un suave sabor a miel anclada
en donde hay golondrinas clausurando recuerdos.
En donde sabe el aire a atmósferas de frutos,
donde las manos corren caminos del deseo...
Yo te amo...
Yo te amo por mil voces de venas enemigas.
Por el grito lejano de mi sangre en el tiempo.
Por la ardorosa llama que se esconde en la nieve.
Por las hondas palabras que están en mi silencio.
Yo te amo...
Yo te amo por la rosa que guarda en sí la espina.
Por la muerte que apaga con sus ojos mi sueño.
Por las rebeldes lianas que las voces me anudan.
Por mi carne entusiasta, por mi vida y mis nervios.
Yo te amo...
Sufriendo...
Yo te amo y lo digo así sencillamente
como si ya el recuerdo transitara tus años.
Como si ya mis ojos lloraran por tu ausencia
y como si tus besos ya supieran mis labios.
Yo te amo...
Yo te amo con crueles tiburones de sangre
entre cristales duros vigilando tu cuerpo.
Yo te amo en los arroyos calientes de mi vida
y en mis poemas trémulos.
Yo te amo...
Yo te amo con violetas espirales azules
en donde hay mariposas de amor en cautiverio.
En la frontera exacta que la caricia asume,
en el preciso límite donde el gemido es beso.
Yo te amo...
Yo te amo con un suave sabor a miel anclada
en donde hay golondrinas clausurando recuerdos.
En donde sabe el aire a atmósferas de frutos,
donde las manos corren caminos del deseo...
Yo te amo...
Yo te amo por mil voces de venas enemigas.
Por el grito lejano de mi sangre en el tiempo.
Por la ardorosa llama que se esconde en la nieve.
Por las hondas palabras que están en mi silencio.
Yo te amo...
Yo te amo por la rosa que guarda en sí la espina.
Por la muerte que apaga con sus ojos mi sueño.
Por las rebeldes lianas que las voces me anudan.
Por mi carne entusiasta, por mi vida y mis nervios.
Yo te amo...
Sufriendo...
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