Tiene cinco caries y la personalidad rota
una espalda en la que el peso cae por su propia liviandad
tiene una esperanza, o por lo menos una,
y cuando piensa en su vida piensa en un ah
en un patio en planta baja oscuro
así como también en una risa que no era la suya
junto a una escalera de granito que caía mojada y resbalosa.
Tiene un chiste privado
una especie de seguro contra tanta distracción
un asco en la lengua por tanto comer la dura duda
la palabra trabada, la idea sin gusto
el hígado hundido en el fervor cotidiano
cuando a un paso le asalta otro paso
hasta enredar la risa y el recuerdo
hasta perder las costillas de la gracia
mientras el chiste y su carcajada
se precipitan sobre la baldosa floja.
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