Se
disfraza de mujer con misteriosa habilidad pero es un robot de la peor especie.
Lo
adviertes cuando se acomoda los rizos con tubos de cartón tripas de rollo de
papel toilette.
Si se
traba chirría y hasta que no le quitas de la máquina el cuerpo extraño no
vuelve a sus modales de ameba servicial.
Se sabe
que cultiva lábiles intenciones contra cualquier sistema y eso le proporciona
su ternura de rosada mucosa que no permite escapatoria.
Si la amas
chapúzala en la vida para verla alborotar peinarse y arrojarse como un calamar
herido por sobre casi todo lo que existe.
La amaré, yo también soy de la peor especie, esa que llaman género humano. Gracias por el poderoso texto.
ResponderEliminarAbrazos, siempre.
Especies en extinción...
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por pasarte por aquí :)