Vengo de mitos desbaratados
donde se quiebra el tiempo.
Armo en mi ser nuevas estructuras.
necesito el mármol de las viejas creencias
para apoyarme en algo.
Definitiva ha sido mi luz y mi ceguera,
ha sido tajante su alucinada escarcha
y mi intento triste de huir de cualquier dogma.
Así, regreso a buscar el techo de una casa,
el calor de las mentiras conocidas,
el cristal que deforme una visión
con los gastados sueños rosa.
Huí de falacias acreditadas,
me despojé de su facilidad y sus cristales,
y de pronto en la gruta de Platón vi mi silueta
terriblemente deformada.
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