miércoles, 28 de marzo de 2012

PREFIERO IRME - JAIME SÁENZ

Ya estoy cansado no quiero hacerme ilusiones
en el país de los muertos estaré vivo
para dejar de estar muerto entre los vivos quiero
irme no me des consejos no me mortifiques no me
digas nada
tu cara me marea tu voz me limita tus gustos me
disgustan tu vida me causa malestar
ándate a dormir con tu cuerpito entre tus brazos
no te necesito para nada
si te pones a mi alcance te morderé si te pones
a espiarme te empujaré
tu sola presencia me trae mala suerte tus cade-
ras antiéconomicas me llevan al descalabro y tus cos-
tumbres también
apártate de mi vista no me molestes tu lengua
será famosa pero me importa un carajo no es nada
edificante me hace perder la fe
déjate de cosas y cositas no me hables ni me mi-
res no me expongas al crimen no quiero saber nada
contigo o sin ti me estaré y no cambiará ni el
mundo ni la vida
contigo o sin ti te estarás lo mismo que conmigo
o sin mí
prefiero morir conmigo y sin ti antes de vivir
contigo un sin mi
odio el escándalo no grites no provoques el cuchillo
no toques en ti no encuentro la solución
eres buena pero mala eres bonita pero fea sabrás
bailar pero no cocinar no seas así
con tus cabellos despeinados a la última moda
me haces cosquillas se ha hablado se ha visto se ha
pensado se ha estudiado demasiado
por favor no metas bulla no me tengas sobre ascuas
no me digas buenas noches por favor desaparece.

miércoles, 14 de marzo de 2012

MAZORCAS Y NO BOCAS - GENARO ORTEGA GUTIÉRREZ

Es preciso romper
el tabú de la intangibilidad de la poesía,
ungir con óleo amarillento
sus llagas tendidas, inmediatas,
y que cese el goteo de las horas
en el patio.
Versos
entendidos como un arte de seducción
indisoluble de sus paisajes, extraviados
por el mapamundi de los acontecimientos.
Palabras de fuste
que han quedado varadas
en el lodo del camino.
Poemas
que tiemblan del mismo modo
con que nos crece dentro la enredadera de un viaje,
o el óxido descalzo de los hijos muertos.

domingo, 4 de marzo de 2012

EL OTRO - SANTIAGO AZAR

Me propongo muy fielmente amar al otro;
al otro yo que no es más que este insistente fantasma.
Tal vez allí se aloja el solo muerto que cargo,
la sola lluvia que desvanece mis huesos.
Pero no podemos, somos tan distintos.
Aquél me enrostra cada vez que puede mis debilidades,
lo que no he hecho y lo que nunca haré,
mi nefasto carácter que ahuyenta a las hormigas.
Pero lo necesito, aún así, lo busco desde que despierta,
porque sé que es mi muerte más amigable
y recita mis poemas, al revés, de arriba a abajo.
Nadie como ese otro maneja mejor mis heridas,
por eso cuando nos enfadamos soy blanco fácil,
me despedaza desde mis cuchillos de infancia
hasta a aquellos besos por los que sufrí anoche.
Sin embargo, este otro no es original,
me copia, me imita la firma, los gestos,
todo lo quiere hacer igual a mí,
beber lo mismo, en iguales cantidades.
Cómo decirle que se vaya, si lo necesito,
porque en mis días tristes ahí está,
en la derrota del cansancio, es horizonte.
A mí, que me digan lo que quieran,
que ya no tengo de qué escribir o hablar!,
que me estoy apagando como una vela pobre!
Yo amo a este otro y lo defiendo a muerte,
con él, me imagino que el mundo no ha nacido.