jueves, 25 de octubre de 2012

AL BORDE DEL MUNDO - ELENA CABREJAS

Cuando los golpes penetran las vestiduras del alma
herrumbrando las carnes como una blanca orquídea
manchada de verdín hasta las vísceras.
Cuando las llagas hurgan sus raíces
como ratas hambrientas en las cáscaras del cuerpo.
Y aquella sed de caricias que socava más hondo
que la mano de la flagelación.
Cuando las muertes se suceden en cada lámina de piel
en la morosa intimidad de su alcoba
detrás de los postigos.

Caen látigos igual a mariposas muertas
sobre el que ha nacido para gemir.
Caen sobre los sueños que se deshacen
contra las rocas de la tarde y su voz cenicienta
(apenas un rescoldo de niño en el vacío).

¿Desde qué fauce los colmillos del dolor
como una costumbre?
¿Hasta cuándo el ojo de un cíclope
detrás de su espalda?

Nadie acude a contemplar su inocencia
erizada como el espanto
aullando dentro de la soledad.
Nadie para desenterrar los harpones en el puerto
de su casa.

Giran en el zumbido de las horas
los seis brazos carniceros
los treinta colmillos
y los jueces ausentes.

En su cárcel de espejos sólo pide clemencia
desde todos los rostros.

sábado, 20 de octubre de 2012

EL MISTERIO DE LA MUÑECA SECRETA - LINA MACHO VIDAL

a Aída Carballo
Me asomo a “la ciudad de los locos’ y veo su mano levitante
sobre papeles misteriosos. Ella fue tan extraña
para quienes no entienden el amor
las obsesiones de la creación.
En la casa verde de helechos y gatos
la pesadilla sobre sus sienes era un punzón oscuro
pronto a marcarle la señal del infierno.
Ella transfiguraba el dolor en imágenes de sueños lacerantes
en hombres suspendidos a mitad del camino de la muerte
en amantes desarticulados por la noche del alma.
Una mujer así queda grabada por siempre en el espacio,
y su infancia fuera de contexto,
como aquellas muñecas de papel deshechas en el agua.
Una mujer así muere de madrugada y en otoño
con las pupilas espantadas de la muñeca secreta
y una desmesurada rosa de clown sobre su seno.