Ahora me voy afuera caminando
El desierto del mundo,
Y mis zapatos y mis medias
No me molestan.
Dejo atrás
Buenos amigos en la ciudad.
Dejemos que beban bastante vino
Y luego se acuesten.
No crean que me voy
Desterrado a la oscuridad exterior,
Como Adán y Eva
Fueron expulsados del Paraíso.
Olvida el mito.
No hay nadie
Que pueda expulsarme de aquí
Ninguno que pueda echarme fuera.
A menos que me equivoque
Sólo obedezco
La llamada de este canto:
¡Me voy, zarpo ahora!
Y podría volver
Si no me siento satisfecho
Con lo que he aprendido
Al haber muerto.
sábado, 27 de junio de 2015
lunes, 15 de junio de 2015
LOS MEJORES AMIGOS - ISABEL BONO
Tengo amigos
a los que nunca he preguntado nada,
de los que me gustaría
conocer cada minuto de su infancia
a qué jugaban
si les dolía perder
si se arrancaban las costras de las heridas
si sentían miedo
si ya lo perdieron
pero yo no pregunto
me gustaría haber sido testigo
de cada infancia de cada amigo,
haber sudado con ellos
eso ya no es posible
como no lo será sudar sus muertes,
mis amigos morirán lejos
y yo no sabré a quién preguntar
a los que nunca he preguntado nada,
de los que me gustaría
conocer cada minuto de su infancia
a qué jugaban
si les dolía perder
si se arrancaban las costras de las heridas
si sentían miedo
si ya lo perdieron
pero yo no pregunto
me gustaría haber sido testigo
de cada infancia de cada amigo,
haber sudado con ellos
eso ya no es posible
como no lo será sudar sus muertes,
mis amigos morirán lejos
y yo no sabré a quién preguntar
domingo, 7 de junio de 2015
TODO PUEDE VENIR - MIRTA AGUIRRE
Todo puede venir por los caminos
que apenas sospechamos.
Todo puede venir de dentro, sin palabras
o desde fuera, ardiendo
y romperse en nosotros, inesperadamente,
o crecer, como crecen ciertas dichas,
sin que nadie lo escuche.
Y todo puede un día abrirse en nuestras manos
con risueña sorpresa
o con sorpresa amarga, desarmada, desnuda,
con lo triste de quien se ve de pronto
cara a cara a un espejo y no se reconoce
y se mira los ojos y los dedos
y busca su risa inútilmente.
Y es así. Todo puede llegar de la manera
más increíblemente avizorada,
más raramente lejos
y no llegar llegando y no marcharse
cuando ha quedado atrás y se ha perdido.
Y hay, para ese encuentro que guardar amapolas,
un poco de piel dulce, de durazno o de niño,
limpia para el saludo.
que apenas sospechamos.
Todo puede venir de dentro, sin palabras
o desde fuera, ardiendo
y romperse en nosotros, inesperadamente,
o crecer, como crecen ciertas dichas,
sin que nadie lo escuche.
Y todo puede un día abrirse en nuestras manos
con risueña sorpresa
o con sorpresa amarga, desarmada, desnuda,
con lo triste de quien se ve de pronto
cara a cara a un espejo y no se reconoce
y se mira los ojos y los dedos
y busca su risa inútilmente.
Y es así. Todo puede llegar de la manera
más increíblemente avizorada,
más raramente lejos
y no llegar llegando y no marcharse
cuando ha quedado atrás y se ha perdido.
Y hay, para ese encuentro que guardar amapolas,
un poco de piel dulce, de durazno o de niño,
limpia para el saludo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)