Gira el tiempo cumpliendo su rodar recurrente.
En la constante de sus repeticiones,
busca siempre la analogía entre lo vivido
y la apremiante respiración del hoy insoslayable.
Las imágenes danzan en su persistencia por renacer.
Reconstruimos cada instante, sobre la
sombra de la mímesis a la que estamos condenados.
Quién se atreve a no creer
que el recuerdo burla la sinrazón de las negaciones.
En cada cambio de piel cumplimos con el rito repetido,
hasta desafiar el infinito.
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