martes, 15 de mayo de 2012

RETIRO SENTIMENTAL - JOSÉ LUIS PIQUERO

En mi familia no se dijo nunca “te quiero”.
Jamás oí­ decir “lo siento” a mi padre o a mi madre.
No sé si era vergüenza: una ternura demasiado estridente para enser cotidiano.
¡Incluso leer poemas! Eso sí­ que era algo sospechoso,
tanto como una mancha repentina o un suspiro o una puerta cerrada con demasiada llave.
Nunca “amor”, “estoy triste” o “te echaré de menos”, ¡podí­a uno reí­rse de esas cosas!
Entiendo que hay un pacto tácito de pudor en algunos afectos, y no obstante
yo hoy llamo a eso la incomodidad con todo lo cercano.

La amputación de lo sentimental, estoy de acuerdo, nos hace manejables los rituales difí­ciles de convivir; una pequeña argucia.
Así­ el templo: las fórmulas, nada de desgarrarse.
En el templo, en la casa, como en un hospital, es necesaria la asepsia de los gestos repetidos, seguros:
Procura ser feliz de una forma privada.

Y, como añadidura, está el saqueo
de palabras por parte de pelí­culas y canciones idiotas y esas niñas con novios revoltosos en un parque, entre arbustos enanos.

Y hay a quien gustan mucho las escenas
y tocar la guitarra sentimental de todos los salones y de todas las playas adolescentes, lánguidas igual que un veraneo despacioso,
mientras algunos más nos quedamos a solas,
bebiendo (y arrugados como estúpidos plátanos),
pensando qué decir.

En mi casa jamás se dijeron en alto las cosas importantes.
Busca hoy dentro de ti una lágrima, un gesto de ternura:
Ya se nos hizo tarde para esas tonterí­as.

3 comentarios:

  1. creo q es importante poder decirnos q nos queremos o q estamos orgullosos...pero es la vida misma...tal vez demustren sus sentimientos de otra manera, besos

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  2. Pues sí, es importante decirnos que nos queremos y también demostrarlo :)
    Gracias Juan Antonio! ;)
    Un abrazo a los dos

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